En el Uruguay se verifica históricamente un recambio varietal que refleja diferencias en los criterios comerciales sobre los cuales el productor basa la elección de una variedad. A esto se suman nuevos factores que dificultan aún más la decisión :la falta de información nacional confiable que hace que el productor dude en implantar aun variedades que pueden ser muy promisorias, los problemas económicos que hacen que el productor reduzca su capacidad de tomar riesgos así como la propia dinámica del mercado internacional. Entonces, no sólo la selección de la variedad, sino lo relacionado al acceso a la misma ha sufrido modificaciones en los últimos años. Así es que se presenta un escenario de negociación y adquisición de nuevos materiales genéticos que incluyen modalidades tales como la protección de derechos de obtentor, el cobro de royalties, las ventas bajo contrato de exclusividad, así como la participación del obtentor en un porcentaje sobre las ventas de fruta. Algunas de estas modalidades, eran desconocidas e impensables para el productor uruguayo hasta hace muy poco tiempo. Ante la realidad planteada se estudió la posibilidad de realizar un proyecto con aportes del Fondo de Promoción de Tecnología Agropecuaria del INIA y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ejecutados por el PREDEG. El proyecto se planteó bajo el concepto de “riesgo compartido”, con la participación de productores del sector e Instituciones de extensión, investigación y reconversión frutícola, que implicara la plantación de nuevas variedades en superficies semicomerciales en los predios de los propios productores, a efectos de ser evaluados rápidamente a nivel productivo y comercial.
Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria