Uruguay produce entre 220.000 y 300.000 toneladas de cítricos anualmente, de las cuales aproximadamente el 50% se exporta principalmente a países de la Unión Europea, Estados Unidos, y en menor magnitud a Brasil, Canadá, Medio oriente, entre otros. Como tal, el ser un país exportador lo expone a la competencia del mercado internacional y por tanto a las nuevas exigencias de calidad y precios de los países compradores. En este sentido en las últimas dos décadas existió un incremento importante de la producción mundial básicamente explicado por el aumento del consumo y de las nuevas plantaciones en el hemisferio sur (principalmente Perú y Sudáfrica) y otros países como Egipto y Turquía, lo que refuerza el papel de la investigación y el desarrollo nacional para mantener o incrementar la competitividad de la cadena. En este sentido la innovación varietal es un aspecto clave para la citricultura, la cual necesita de variedades de alto valor adaptadas a las nuevas exigencias de los mercados. Dentro de estas exigencias, el concepto de CONVENIENCIA es uno de los aspectos que más ha influido en la diferenciación y competitividad de los cítricos, así las mandarinas de excelente sabor, fácil pelado y sin semillas se presentan como una de las mayores demandas, aunque existe una tendencia general a demandar cítricos sin semillas de modo general, es decir, en todas las especies. Otros aspectos tales como el contenido de antioxidantes/vitaminas, nuevos colores y sabores (ej. Variedades de pulpa roja), productividad, tolerancia a factores abióticos (vientos, humedad, golpe de sol) y bióticos (enfermedades y plagas), momento de recolección, periodo de mantención de la fruta en la planta o la conservación postcosecha entre otros, son aspectos trascendentes a la hora de evaluar la oportunidad de incorporar una nueva variedad al sistema de producción. El poder abastecer al mercado durante todo el año requiere incorporar diferentes variedades con una secuencia lógica de maduración. Algunas de las variedades disponibles actualmente son capaces de producir fruta de modo partenocárpico (sin semillas) cuando son plantadas de modo aislado, dado que son autoincompatibles. Al incrementar el pool varietal en un predio o zona geográfica, ocurre el fenómeno denominado “polinización cruzada”, en el cual el principal vector polinizador (abejas) fecunda las variedades con polen de diferentes genotipos e inducen la producción de semillas. Esto crea limitantes comerciales de gran magnitud que impiden la producción de frutas sin semillas, con la consecuente pérdida de rentabilidad del cultivo e incluso la exclusión de la comercialización en mercados de alto valor. Asimismo, se genera un conflicto evidente entre la producción citrícola y apícola. Para que esto no ocurra, los citricultores han optado por cubrir el cultivo con mallas antiabejas durante el periodo de floración, lo que conlleva a dificultades y gastos operativos importantes y la consecuente pérdida de rentabilidad. Otra opción es incorporar nuevas variedades con esterilidad completa (polen y óvulos infértiles) para producir frutas sin semillas, pero el espectro de genotipos disponibles que cumplan esta condición es limitado (ej: Satsumas). El presente proyecto se enfoca en el mejoramiento genético para la producción de nuevos cítricos sin semillas, de fácil pelado (para el caso de mandarinas), de muy buen sabor, productividad, con ventanas de cosecha comercial estratégicas, con resistencia/tolerancia a estrés biótico y abiótico, utilizando para ello la combinación de técnicas de mejoramiento tradicional y biotecnológicas. El foco se centrará en la creación de mandarinas y en menor proporción limones y naranja, propendiendo a generar nuevas oportunidades varietales para las especies más cultivadas en Uruguay y así mejorar de la competitividad de la cadena.