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Enviado por Anónimo (no verificado) el

Hace varios años que venimos diciendo que la rentabilidad del cultivo de arroz (así como en peor situación la de otros cultivos) se viene reduciendo, con pequeñas oscilaciones, o sea en períodos de buenas condiciones climáticas el cultivo da buenos rendimientos promedios apoyado en un paquete tecnológico en continua renovación. Otras veces, por una coyuntura internacional que hace que nuestro arroz en la exportación logre buenos precios y se vea reflejado en el margen al productor pero en el transcurso de los años vemos que también hay años de malos precios y bajos rendimientos y que la constante es una reducción del margen económico. Inciden también en esta ecuación el aumento de los insumos importados, y la dependencia creada de este cultivo con ellos y cada vez más acentuada, un ejemplo bien actual es el petróleo y sus derivados. Esto hace que tengamos que jugar con nuestra imaginación para sacar el mayor provecho a estos insumos importados usándolos eficientemente, y combinándoles nuestros recursos naturales de tal manera que mejore la eficiencia global de la empresa. Es por eso que volvemos a insistir con el tema de las rotaciones en donde no solo se utiliza el fertilizante residual aportado por el cultivo sino que se aprovecha el rastrojo, suelo desnudo casi pronto para la siembra de praderas (mayor eficiencia de uso del combustible), así como también se diversifica la empresa lográndose aumentos importantes en la producción. También se reducen costos y se aumentan rendimientos físicos usando las dosis adecuadas de los nutrientes, como por ejemplo nitrógeno y fósforo, nutrientes básicos para nuestra producción de arroz.

INIA TACUAREMBÓ , LAVECCHIA, A.
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ARROZ; FOSFORO; NITROGENO