Las vacas lecheras son sensibles a las altas temperaturas, a las altas humedades relativas y al efecto combinado de ambas. Cuando las condiciones del ambiente no le permiten a la vaca mantener su temperatura corporal dentro de rangos normales comienza a sufrir de estrés por calor. Animales bajo condiciones de estrés por calor presentan: Menor consumo de materia seca. Menor producción de leche. Menor producción de grasa y proteína en leche. Menor performance reproductiva. Reducción de la tasa de crecimiento en terneros. Incremento en la incidencia de retención de placenta, metritis y laminitis. En la vaca seca hay menor desarrollo del feto y menor producción de leche en la lactancia futura. El sistema inmune se altera, las vacas son más propensas a enfermarse.
Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria