La inclusión de soja, otros cultivos de grano y pasturas regadas en las rotaciones arroceras de la zona baja de Cuenca de la Laguna Merín, es una meta buscada desde hace años por las virtudes en materia de diversificación, aprovechamiento de infraestructura y equipos y las sinergias de alternancia de cultivos. Dos limitantes han sido obstáculo para generalizar de esta práctica: excesos hídricos en veranos lluviosos y déficit hídrico en veranos secos. Un conjunto de nuevas "geotecnologías" (posicionamiento satelital, RTK, softwares para modelación, pilotos automáticos, control remoto de equipamiento, etc.), abren oportunidades para superar estas limitantes obteniendo un drenaje eficiente y sistematización adecuada para el riego. Desde 2019 un conjunto de instituciones públicas y privadas han estado trabajando en el ajuste de estas tecnologías, incluyendo la presentación de un Proyecto de Innovación aprobado por ANII, pero que por distintas razones no pudo ser ejecutado. En estos tres años se hicieron importantes progresos y ahora se necesita profundizar aspectos específicos de ajuste de los sistemas productivos que utilicen estas técnicas. Hay que generar coeficientes técnicos de consumo de agua para el rediseño de los sistemas de riego existentes, investigar los efectos y paleativos para los cambios del perfil del suelo, así como ajustes de manejo para potenciar la productividad en estos sistemas. Complementariamente, se debe continuar la validación comercial de este paquete tecnológico (sensoramiento, gps, nivelación, riego) en campos de productores, demostrando su viabilidad productiva y económica y aprovechando estas experiencias para la transferencia a otros técnicos y productores y a otras regiones arroceras del país. Se propone un proyecto de articulación Academia- Sector Privado liderado por la Consultora del Este en alianza con el INIA, auspiciado por la Gremial de Molinos Arroceros y la Asociación Cultivadores de Arroz y con el apoyo del MGAP.