Frutos nativos:un producto uruguayo saludable y rico que empieza a ganar terreno entre productores, restaurantes e industria
Por su valor nutricional intrínseco y extrínseco, y sus potenciales beneficios para la salud, los frutos nativos del Uruguay como el guayabo del país, la pitanga, el arazá o el guaviyú, pueden ser considerados superfrutas, según la definición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Estas mismas propiedades también les han permitido ganar terreno en el último tiempo entre productores, restaurantes y en la industria, que reconocen su potencial y lo aprovechan para elaborar alimentos.
"El mercado mundial de los alimentos funcionales está creciendo a un ritmo de 7% anual y se estima que para el 2027 rondará los USD 300.000 millones. En esa categoría se encuentran las superfrutas, que se prevé que para 2026 alcancen valores de USD 50.000 millones", explicó el Qco. (PhD.) Facundo Ibáñez, investigador de la Plataforma de Agroalimentos del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).
En el marco del 10° Encuentro Nacional de Frutos Nativos organizado por INIA, Facultad de Agronomía (Fagro), el grupo de productores de Frutos Nativos del Uruguay (Frunatur) y la Dirección General Forestal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, Ibáñez se refirió a las propiedades nutricionales y el potencial agroindustrial de los frutos nativos uruguayos, que han sido caracterizados por el instituto.
"El guaviyú destaca por su alto contenido de antioxidantes y vitamina C, y el arazá por el betacaroteno, la vitamina C y los altos niveles de potasio y calcio. El guayabo del país destaca por su acidez baja, contenido medio de vitamina C y valores relativamente altos de calcio y de potasio, que superan los de la banana", detalló.
Con 14 años de experiencia produciendo guayabo del país en Juanicó (Canelones), Ricardo Masculiate fue optimista sobre el futuro de las superfrutas uruguayas. "El destino de mi producción es la Unidad Agroalimentaria Metropolitana y distribuyo una pequeña parte en Colonia. Yo veo muchas posibilidades porque estamos tratando de que la gente conozca más sus beneficios y quienes los consumen les gusta. Eso me motiva a seguir adelante y trabajando con INIA y Fagro, que nos han ayudado en lo que es genética y propagación", valoró.
En esta línea, el Ing. Agr. (MSc.) Danilo Cabrera, director del Programa Nacional de Investigación en Fruticultura de INIA, señaló que el guayabo del país es uno de los frutos nativos que cuenta con mayor investigación detrás y trabajo a nivel industrial y culinario. "Hace unos años se liberaron las primeras variedades:Cerrillana, Isleña y Artillera, que se complementan en la época de maduración y cosecha, permitiendo que el fruto esté disponible de marzo a mayo", explicó.
A pesar de los múltiples beneficios que brindan y la aprobación de los consumidores, el abastecimiento de frutos nativos desafía la oferta industrial según Vicente Giudice, dueño de la empresa Natural Tree que elabora jugos naturales, uno de ellos con guayabo, y los comercializa en grandes superficies, supermercados y almacenes.
"Hace tres años nos visitaron desde INIA para evaluar la posibilidad de desarrollar jugo con guayabo del país. Nos gustó el desafío y empezamos a probar. Finalmente logramos uno en base a manzana y 30% de jugo de guayabo. Es un producto que gusta mucho, pero falta volumen para abastecer de jugo todo el año. Ese es el principal desafío, la continuidad, y con eso imponer un sabor que, una vez que lo prueban, es aceptado y demandado", apuntó.
Sobre esto, la Ing. Agr. Beatriz Vignale, quien trabaja desde hace más de 20 años en la selección y mejoramiento de frutos nativos en la estación experimental de Fagro en Salto apuntó que "estamos en condiciones de instalar montes pequeños de frutos nativos" y que "ya hay montes en el país, algunos más pequeños y otros más grandes".
Además, la experta valoró la sinergia con productores, chefs, mercados e instituciones, que han sumado su visión para potenciar el trabajo científico en frutos nativos. "Esto nos abrió una ventana distinta, con aportes de personas, instituciones y empresas que ven la fruta desde otro lugar, una vez que sale de la planta", señaló.
En este sentido, Catherine Rivero, que utiliza frutos nativos para elaborar los platos en su restaurante "Arazá, cocina nativa", en El Prado (Montevideo), también resaltó la importancia del trabajo conjunto de toda la cadena y cómo las superfrutas uruguayas fueron un valor agregado en su propuesta gastronómica durante la pandemia.
"Desde hace siete años tengo el restaurante y siempre le compramos los frutos nativos a productores familiares, que son los protagonistas de nuestros platos. Durante la pandemia nos reconvertimos y empezamos a hacer viandas que incorporaban esta materia prima y sumarlos a las preparaciones también fue una salvación, porque era un llamador interesante y atractivo, y así logramos que lleguen masivamente", concluyó Rivero.