No vas a ver nunca una avioneta sobrevolando un monte forestal para fumigar con químicos, existen otras soluciones sustentables desarrolladas por INIA
Dando cierre a su ciclo de participaciones en el programa "En dónde estamos" (Radio Nacional), el Ing. (Dr.) Roberto Scoz, director del Programa de Investigación Forestal del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) sintetizó el complejo trabajo que se realiza desde su área para desarrollar conocimiento y tecnologías vinculadas al control de las plagas de los árboles sin usar agroquímicos.
El experto explicó que, por cuestiones de escala y certificación, en Uruguay no se permite la aplicación de químicos en los montes, "no vas a ver nunca una avioneta amarilla sobrevolando un monte para fumigar", dijo. Por lo tanto, si se enferman los árboles el único manejo o solución que acepta la certificación forestal es el control biológico o el mejoramiento genético, dos soluciones científicas que son desarrolladas por institutos como INIA en conjunto con otras entidades.
"Como no se puede hacer aplicaciones químicas, si el árbol es afectado por un hongo o bacteria hay que desarrollar una nueva variedad que sea resistente a esa enfermedad, y eso se logra con mejoramiento genético. Cuando aparecen insectos el escenario es más complejo y lo que se utiliza es el control biológico, que consiste en insectos que se comen a los insectos-plaga, sin usar agroquímicos", señaló Scoz.
Profundizando en el control biológico, explicó que los insectos que controlan a las plagas forestales se encuentran generalmente en los países de origen del árbol afectado y generalmente son extranjeros. INIA se encarga de introducirlos en Uruguay para criarlos, adecuarlos al ecosistema local y luego liberarlos al monte para que cumplan su rol frente a las plagas.
"Para que el controlador biológico tenga qué comer cuando es introducido, primero debemos criar el insecto (plaga-alimento) en una situación controlada. Eso lo hacen investigadores de INIA especializados que, entre los casos de éxito, desarrollaron un protocolo para la cría del chinche del Eucalyptus en la estación experimental de Tacuarembó, que actualmente se utiliza a nivel mundial", resaltó.
Si bien es un asunto que atañe directamente al sector, el director del Programa Forestal de INIA señaló que compete a toda la sociedad. "La sanidad de los bosques no es un tema de 'tu árbol o el mío', nos involucra a todos. Está relacionado a la productividad, a la ecología y a la sustentabilidad", agregó.
En este sentido, señaló que la salud de los bosques es una de las "sanas presiones" que le impone el sistema productivo al INIA, que trabaja desde hace mucho tiempo en cooperación con otros institutos para generar soluciones que permitan que la productividad de los montes se exprese en su máxima forma y atendiendo el medioambiente.
Asimismo, destacó la importancia de que haya científicos formados que pueden atender estos temas de interés nacional. "En Uruguay se pudieron atender rápidamente muchas aristas de la pandemia por el COVID-19 porque había profesionales formados y trabajando hace tiempo en virología, biotecnología y otras disciplinas, que pudieron volcar esos conocimientos en un virus nuevo. Lo mismo puede ocurrir con una plaga forestal, nunca sabemos cuándo puede llegar, por eso la investigación y la formación permanente de científicos es tan valiosa", concluyó.
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