Recomendaciones para aumentar el rendimiento de trigo en Uruguay
5 recomendaciones para aumentar el rendimiento de trigo en Uruguay
Desde INIA queremos aportar algunos conceptos que sin duda se verán reflejados en el incremento del rendimiento de trigo por una mejor disponibilidad de nitrógeno. El contexto actual determina que existe un aumento importante en el potencial de rendimiento de variedades de trigo existentes en Uruguay. Sin embargo, para poder capitalizar este potencial y lograr altos rendimientos, es necesario que el manejo del cultivo disponga de los recursos necesarios. Asimismo, desde el punto de vista ambiental como económico, conviene avanzar hacia altos rendimientos por unidad de superficie (eficiencia productiva).
En este sentido aportamos 5 recomendaciones que colaborarán en disponer de un manejo eficiente del nitrógeno y apuntar a altos rendimientos en trigo.
Recomendación 1
Fecha de siembra / Siembra temprana.
Optima:15-30 de MAYO para ciclos intermedios
Los mayores rendimientos se obtienen con siembra en la segunda quincena de mayo para cultivares de ciclo intermedio y van gradualmente decreciendo con el retraso de la fecha de siembra.
Recomendación 2
Población. Lograr poblaciones promedio de 240 a 280 plantas viables en un metro cuadrado. Esto es entre 40 y 55 plantas en el metro lineal de siembra. Varios de los cultivares de alto potencial tienen un peso de semilla muy alto (40-45mg), que requieren aumentar los kg/ha sembrados para lograr la misma población.
Recomendación 3
Asegurar una fertilización adecuada desde la siembra.
Corregir fósforo y potasio, pero asegurar buena disponibilidad de nitrógeno.
Niveles mínimos:N-N03 a la siembra 18 ppm. En la enorme mayoría de los casos en situaciones de campos agrícolas y rastrojo de soja se requiere aplicar 40-45 kg /ha de N (ej. 100 kg urea) a la siembra.
Además de corregir y chequear los niveles de P y K frecuentemente deficientes y para los que la respuesta es alta, asegurarse corregir N. Muy frecuentemente se aplica fertilizante en la línea para corregir P con formulaciones que no terminan aportando suficiente N (ej 18-46-0, 7-40-0 o 12-52-0).
Tanto en relevamientos de chacras, como a nivel experimental se observa muy frecuentemente que en chacras con rastrojo de soja y sin historia reciente de pasturas (Grupo A en Fig1) el nivel de nitratos en el suelo es inferior a 10 ppm, por lo que se recomienda aplicar 45 kg /ha de N a la siembra y este debe ser aplicado al voleo o separado de la línea de siembra para evitar mermas en la implantación causadas por el efecto salino o toxicidad de NH3 a las plántulas.
Lo recomendable es hacer una aplicación independiente de la fertilización de siembra (normalmente fertilizantes sólidos), ya sea con una fuente liquida (UAN) o solida (ej. Urea) que complemente el N agregado en la línea (si es que se aplica en la línea), totalizando 45 kg/ha de N.
Retrasar la aplicación de N más de 15 días post siembra o no hacerla implica que el cultivo se inicie con deficiencia, tenga crecimiento inicial lento y comprometa de forma permanente el rendimiento (lo perdido no se puede revertir). Es frecuente observar saltearse la corrección a la siembra y aplicar en Z21 (un macollo), lo que generalmente produce perdidas irreversibles como se mencionó anteriormente.
Fig1 . Recomendación de fertilización N a la siembra para trigo y cebada Perdomo (2001) Grupo A:chacras sin historia de pasturas reciente, Grupo B:chacras con historia de pasturas reciente o alta capacidad de mineralización de N.
El uso de análisis de suelo para recomendar necesidades de azufre es errático. Generalmente es recomendable que el cultivo reciba al menos 20-30 kg/ha de S, lo cual puede aplicarse todo a la siembra (ej con super fosfato de calcio (0-21-0+12S) u otra fuente), parte a la siembra y parte con fuentes N+S (ej. urea azufrada) o todo con fuentes N+S.
Micronutrientes (Zn). Utilizar los niveles críticos en suelo (1 ppm EDTA-Zn) y tener en cuenta que la alta respuesta no es generalizada, como lo es con N P y K, limitándose generalmente a suelos con características particulares (suelos de textura liviana, muy bajos niveles de MO, pH alto etc.)
Es recomendable para la fertilización con P y K considerar el sistema productivo en su conjunto, teniendo en cuenta que hay varias oportunidades en el año para realizar la fertilización utilizando los niveles críticos en suelo y extracción de cada cultivo como referencia.
Recomendación 4
Planificar la aplicación de N en macollaje
Por lo general en chacras sin historia de pasturas y rastrojo de soja es necesario aplicar N en macollaje, Z22 (dos macollos) adicional al aplicado a la siembra.
El análisis de nitratos en suelo es un buen indicador de las cantidades necesarias (Fig. 2). Al igual que a la siembra, retrasar o permitir que el cultivo tenga deficiencias de N compromete el rendimiento en forma irreversible. No es recomendable aplicar más de 45 kg/ha de N ya que esto excedería la capacidad de uso del cultivo entre Z22 y Z30, promoviendo un uso menos eficiente del N, dejando niveles residuales que, si bien serian aprovechados en parte luego de Z30, no alcanzaran para cubrir la demanda por mucho tiempo una vez que se inicie la encañazón ya que esta aumenta muy rápidamente.
Fig 2. Recomendación de dosis de N a aplicar en Z22, Perdomo (2001).
Recomendación 5
Presupuestar las necesidades de N del cultivo
Hasta Z30 las necesidades de N del cultivo están definidas por el contenido inicial de N en el suelo y cuánto materia orgánica se puede mineralizar. En la mayoría de los casos hay poca variación en cuanto a los requerimientos como se ha mencionado y se deben recomendar las dosis máximas (ej. 45 kg/ha de N a la siembra + 40 kg/ha de N a Z22).
En Z30 en cambio, comienza a tener mayor relevancia el rendimiento esperado del cultivo y la demanda proyectada de N. Esto incluye, el estado del cultivo, la ocurrencia de otras limitantes al rendimiento que no se logró controlar, aspectos económicos del cultivo y la expectativa de rendimiento del productor. Es importante desde la siembra, hacer una previsión de cuál es la necesidad probable de N, considerando estos aspectos y considerando el total de N agregado al cultivo. A modo de guía en la Fig. 3 se presenta el rendimiento en función de la absorción total de N. Considerar que la eficiencia de absorción de N podría ser de 0.8-0.9 de lo disponible (suma de aplicaciones a siembra y refertilización, más 5-10 kg/ha de N que había en el suelo a la siembra). En general la necesidad total de fertilización está en el rango de 150 a 200 kg/ha de N agregado para rendimientos de 6000 kg/ha.
La previsión de necesidades de N se irá ajustando, y concretando en dosis a aplicar, una vez que el cultivo alcance Z30 y hasta no más de Z40 (embuche) como último momento en el cual sería recomendable hacer aplicaciones de N.
Fig 3. Rendimiento para diferentes niveles de N absorbido en cuatro cultivares con potencial de rendimiento contrastante.
La fertilización nitrogenada paga
En el siguiente análisis de costos estimamos la variación del producto bruto y costos para diferentes escenarios de precios en una curva de respuesta típica a la aplicación de N. Se puede observar que a la dosis económicamente óptima de N (DEON) el rendimiento esperado es muy superior al rendimiento de equilibrio, incluso si ocurrieran escenarios de precios de N y trigo menos favorables, con una importante diferencia en el Producto Bruto, otorgando un amplio margen ante la eventualidad de no alcanzar el mismo. También se observa el cambio en el rendimiento de equilibrio ante incrementos en la aplicación de N con tasa menor a la del rendimiento esperado hasta alcanzar el rinde óptimo, revirtiéndose luego. Esto permite estimar la pérdida resultante de aplicar una dosis de N superior o inferior a la óptima (DEON).
Otros contenidos complementarios:
Recomendaciones 2019 sobre manejo de nitrógeno
¿Como manejar el nitrógeno en trigo cuando los costos suben? 2da. Jornada Agrícola
Fuente:Ing. Agr. Andrés Berger, INIA. aberger@inia.org.uy, 07/2022