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Proyectos

Intensificación sostenible de la ganadería extensiva uruguaya, 2019 - 2024

Tipo de Proyecto
INIA
Estado
Cerrado
Fecha de inicio
Fecha fin
Líder de Proyecto
LEMA QUEIJO OSCAR MARIO-

Contacto

Propósito del proyecto
La ganadería extensiva en Uruguay se desarrolla mayoritariamente a cielo abierto y basa su actividad productiva en el aprovechamiento de pasturas naturales (11.5 millones de hectáreas según datos actualizados por el SNIG). En los últimos años se ha verificado un deterioro en la economía de las empresas criadoras y de ciclo completo explicado por la reducción del precio de venta de los vacunos y el aumento en los costos de producción (IPA, Carpetas verdes - 2017; Lanfranco y Helguera, 2006). Las explotaciones ganaderas que, por el contrario, reportan mejoras en su ingreso en éste período lo logran mediante incrementos en la productividad. Por tratarse de una actividad a cielo abierto y altamente dependiente de las variables climáticas, las empresas que ajustaron sus sistemas de producción a la bonanza climática de los últimos 18 meses son las que incrementaron su ingreso (FUCREA, 2017). Se desprende del relato realizado que existen oportunidades de mejora para las empresas ganaderas si éstas logran rediseñar sus estrategias ganaderas adoptando principalmente tecnologías de proceso. La actividad pecuaria se desarrolla en aproximadamente 14,9 millones de hectáreas de las 17,6 millones que ocupa el país según el censo agropecuario de 2011 (DIEA, 2011), da trabajo al 70% de la población rural del país (según datos del BID, 2012), y representó en 2016 el rubro con mayor participación en el producto bruto interno (48% del total del producto bruto agropecuario, DIEA, 2017). Del total de exportaciones nacionales, la carne y los animales vivos representan aproximadamente el 25% (21% carne bovina y 3% bovinos en pie; DIEA 2017). Del área destinada a la producción pecuaria en 1990, se verifica un descenso en el área destinada exclusivamente a la ganadería a favor de otras actividades como la agricultura y la forestación (DIEA 2017 en base a censos 2011, 2000 y 1990). El mayor aumento en dicho período corresponde al área destinada a la agricultura (que triplica su área) básicamente de secano. Dicha sustitución de actividades se da en los campos con mayor aptitud (desplazando la actividad pecuaria a áreas que resultan poco atractivas para otras actividades económicas como lo son la forestación y la agricultura de secano). La ganadería de carne es desarrollada en las 7 regiones agroecológias del país siendo preponderantes en el norte, noreste, este y centro. Si bien las regiones con mayor aptitud pastoril se encuentran en el oeste, noroeste y centro sur, éstas regiones son tradicionalmente agrícolas y/o lecheras. Las empresas ganaderas en Uruguay se clasifican, según DICOSE, como ganaderos, agrícola ganaderos y lecheros. A los efectos del presente proyecto, haremos foco en las empresas que se clasifican como ganaderos (predios con hasta 2 hectáreas de agricultura y/o hortifruticultura, y sin lechería comercial dentro de los tres giros principales). Para el ejercicio 2015/2016 (DIEA 2017) las empresas ganaderas fueron 42.144, ocuparon 12,393 millones de hectáreas y reportaron un 11,7% de superficie mejorada sobre la superficie total explotada. Algo más de la mitad son propietarios y siendo los criadores mayoría cuando se estratifica por especialización productiva (relación novillo + 2 años/ vaca de cría = menor a 0,2). Del total de empresas ganaderas, el 70% tiene una superficie menor o igual a 200 hectáreas y en conjunto ocupan el 12% del área. En el otro extremo se encuentran las que explotan superficies por encima de 3000 hectáreas, ocupan el 19% del área y son apenas el 1% del total de empresas existiendo una relación inversa entre la superficie explotada y la carga expresada en unidades ganaderas. Las existencias de vacunos a nivel nacional se mantienen estables desde 2009 en 11,7 millones en promedio (DIEA 2017en base a DICOSE 2009 – 2016) con un coeficiente de variación del 3%. Cuando se desagrega el stock, resulta evidente el incremento de las vacas de cría que, para igual período, experimentaron un incremento promedio del 1,5% anual. La última actualización que reportó el Sistema Nacional de Información Ganadera (SNIG, 2017) establece una caída del stock vacuno del 1,2% siendo las vacas de cría (entoradas) y los terneros y terneras las únicas categorías que por el contrario se incrementan con relación al ejercicio 2015/2016 (2,9 y 1% respectivamente). La producción de carne vacuna (expresada en cabezas como la suma de la faena + las exportaciones en pié ± variación de existencias) se sitúa en 2.44 millones para los últimos 6 ejercicios. Durante ése período, las exportaciones en pié pasaron de 75000 cabezas en 2011/2012 a 266000 en 2016/2017 (3,5 veces mayor), comportamiento explicado por la exportación en pié de terneros enteros a Turquía. Del total faenado, algo más del 70% se exporta (en base a datos de DIEA y Uruguay XXI) siendo China el principal destino de las exportaciones seguido el Nafta, la Unión Europea, Israel y el Mercosur (INAC 2017). Durante 2016 se exportó carne a 48 países y si se revisa una serie histórica, entre 2004 y 2016 la lista llega a más de 110 destinos en los 5 continentes. Los precios de exportación de carne vacuna oscilaron entre 3100 y 3800 U$s para el último año móvil (noviembre 2016 – noviembre 2017) con un promedio de 3420 U$s/tonelada. Si bien se han registrado grandes cambios en los destinos de exportación de la carne vacuna uruguaya, la versatilidad desde el punto de vista comercial y el reconocido estatus sanitario hacen que sigamos vendiendo en los mercados más exigentes. Otro atributo que hace a la capacidad comercial del sector cárnico es la trazabilidad universal obligatoria (requisito para comerciar con la Unión Europea quien ofrece el mejor precio al que accede Uruguay). Tanto el estatus sanitario como la trazabilidad dan garantías a los consumidores de carne en el mundo pero posiblemente en el futuro esto no sea suficiente para mantenernos en el segmento de carnes de alto valor. Es aquí donde atributos relacionados con las externalidades ambientales pueden pasar a ser determinantes. Se entienden por externalidades ambientales a las consecuencias en el ambiente que pudieran ser atribuibles a la actividad pecuaria. Considerando que las emisiones de gases de efecto invernadero tienen un patrón atípico en Uruguay (siendo el sector agropecuario responsable por el 74% de las emisiones nacionales) y que la principal fuente de gases de efecto invernadero es el metano entérico, resulta evidente que cualquier reducción verificable en las emisiones de metano entérico tendrán repercusiones positivas en las emisiones totales del país y más específicamente del sector agropecuario (MVOTMA – SNRCCC, 2012). Más concretamente, la oportunidad se encuentra en mejorar la productividad de los recursos involucrados en el proceso productivo para así reducir las emisiones por unidad de producto. Dicho de otro modo, la mejora de la eficiencia en el uso de los recursos conduce a una reducción de las emisiones (medida a través de la intensidad de emisión). En cuanto a secuestro de carbono, la mejora de recursos forrajeros degradados permitirá una mayor acumulación de carbono generando un balance favorable. Otra externalidad ambiental de interés es la integridad ecosistémica. Para valorar el estado general de los ecosistemas bajo uso agropecuario se emplean herramientas que permiten contemplar variadas dimensiones relacionadas a servicios ecosistémicos. En el caso del presente proyecto se promoverá el uso del Índice de Integridad Ecosistémica desarrollado por Blumetto et al (2019). Otra dimensión que integra esta descripción del problema es la social. En el concepto moderno de “carne sostenible”, se agregan algunos principios relacionados a las personas (respeto por los derechos humanos, ambiente de trabajo seguro y saludable), a las comunidades (cultura, salud pública, creación de empleos, seguridad alimentaria y calidad e inocuidad de los alimentos) y a la ética (salud y bienestar animal, salud del ecosistema). Esta dimensión, junto a la económica y la ambiental conforman el concepto más amplio de sostenibilidad. Es así que queda planteado el problema al que el presente proyecto intentará contribuir. En conclusión, el presente proyecto procurará establecer las bases para una intensificación sostenible de la ganadería extensiva basado en cuatro acuerdos: el primero es que el campo natural seguirá siendo la fuente principal de alimento para la ganadería extensiva; el segundo es que la cría de ganado vacuno se mantendrá como sistema principal en la ganadería extensiva; el tercero es que el principal destino para la producción pecuaria del país seguirá siendo la exportación y cuarto que el mantenimiento o mejora de todos los recursos empleados en el proceso de producción será un valor diferencial para nuestra producción.
Resumen ejecutivo
La ganadería extensiva en Uruguay es muy diversa en lo que a sistema de producción, estrategias comerciales y disponibilidad de recursos refiere. Se caracteriza por desarrollarse a cielo abierto y con predominio del campo natural como principal recurso forrajero. A la diversidad existente en cuanto a sistemas de producción y escalas, se le suma la variable "nivel tecnológico" entendiéndose como un gradiente de aplicación de tecnologías donde existe una brecha muy importante (Encuesta Ganadera Nacional, 2016). A la alta exposición a la variabilidad climáticas se le suma la escasa previsibilidad de los precios y el ascenso de los costos de producción. Es de destacar que una porción mayoritaria de la producción pecuaria en Uruguay tiene como destino la exportación por lo que, a los problemas antes mencionados se le suma la necesidad de garantizar productos amigables con el medio ambiente ya que, por tratarse de un sector agroexportador, la determinación de la huella ambiental podría ser en el futuro cercano una exigencia para acceder al mercado elite de carne vacuna. En éste contexto se propone el presente proyecto “intensificación sostenible de la ganadería extensiva en Uruguay”. Los principales desafíos identificados en el marco del Plan Estratégico Institucional para el sistema ganadero extensivo fueron a) aumentar y estabilizar de la producción forrajera, especialmente del campo natural, b) incrementar la productividad (en términos de margen bruto y de carne equivalente), c) mejora de la competitividad y agregado de valor, d) mitigar y adaptar los sistemas al cambio climático (emisiones y resistencia a enfermedades), e) mantener el status sanitario y reducir las pérdidas por enfermedades y f) coordinar con otras instituciones para investigar y transferencia de tecnología. La estrategia general del sistema plantea metas concretas para 5 grandes temas y el presente proyecto aportará a la concreción de las mismas con un enfoque integrador y amplio. Para promover el incremento de la productividad de los predios ganaderos extensivos, trabajaremos en la mejora de la eficiencia en el sub-sistema cría. Esperamos tener gran impacto a nivel de la ganadería extensiva del Uruguay ya que el modelo elegido (la cría) es el sistema productivo mayoritario a nivel del país y el que presenta la brecha mayor entre el potencial productivo y la media nacional (base DIEA 2017). La variable clave aquí será el intervalo parto concepción y nos proponemos trabajar en: 1) determinar las variables que lo afectan y 2) elaborar estrategias para reducirlo. Como acción complementaria trabajaremos en la matriz de tecnologías ganaderas, promoviendo con acciones de transferencia la aplicación de buenas prácticas ganaderas (tendientes a mejorar la productividad sin perjuicios para el medio ambiente). En lo que a mejora de la competitividad refiere, nos proponemos implementar un sistema demostrativo de escala comercial en que podamos documentar las externalidades ambientales de la producción ganadera extensiva en Uruguay. Se trata de un sistema criador estable y cerrado en un área acotada y con alta registración en que se procure una meta productiva ambiciosa y a la vez se valoren el desempeño económico y los compromisos ambientales. Servirá también como rodeo demostrativo propiciando la promoción de sistemas que mejoren la productividad en sin generar impactos adversos en los recursos empleados. La determinación, documentación y reporte de externalidades ambientales de un sistema ganadero extensivo servirá como argumento de venta a la hora de comercializar la carne proveniente de predios ganaderos extensivos uruguayos. La coordinar con otras instituciones para investigación y transferencia de tecnología se dará en el marco del monitoreo de una red de predios ganaderos en que valorará el impacto que tiene la intensificación sobre los recursos naturales empleados. Dicha valoración atenderá atributos de diseño de los sistemas de producción así como de dirección y ejecución basados en la matriz de tecnologías ganaderas (Lanfranco et al 2018). Se valorarán resultados económicos, productivos y su relación con los recursos naturales empleados. El impacto que el nivel tecnológico tiene sobre los recursos será valorado aplicando el Indice de Integridad Ecosistémica (Blumetto et al 2019). Servirá también como plataforma para la difusión de tecnologías y buenas prácticas ganaderas como lo son las tendientes a aumentar y estabilizar la producción de forraje de campo natural. Esto último en estrecho vínculo con el proyecto "sistema de apoyo a la toma de decisiones en el manejo del campo natural liderado por el Dr Jaurena (INIA).
Equipo técnico INIA

OSCAR BLUMETTO
JUAN BUFFA
VERONICA CIGANDA
MARTIN JAURENA
BRUNO LANFRANCO
OSCAR LEMA
GRACIELA QUINTANS
JEAN SAVIAN
DIEGO SOTELO
JOSE VELAZCO

Equipo técnico externo

Esteban Carriquiry
Esteban Montes
Gonzalo Ducós
Julian Oleggioni
Laura Astigarraga
Roger Hegarty

Instituciones participantes

AUGAP
FUCREA
IPA
UdelaR/ FAGRO
UdelaR/Fing
UNE