En los próximos años, el sector arrocero tiene el gran desafío de continuar aumentando los rendimientos, mejorar la eficiencia de uso de insumos y producir alimentos de buena calidad, inocuos, y todo esto minimizando el impacto ambiental asociado a este sistema de producción. En el Uruguay a pesar de su reducida dimensión existen diferencias en lo que a sistemas de producción arroceros se refiere, tanto en lo referido al clima como a su eficiencia. Existe un gradiente de temperaturas decrecientes de norte a sur y diferencias notorias entre regiones en materia de topografía, tipo de suelos y fuentes de agua para el riego. Esto obliga a distribuir el esfuerzo de investigación, teniendo en cuenta estas variables. Existen también sistemas más o menos eficientes, dependiendo de los recursos naturales con los que se cuenta, capacidad financiera y de gestión de la empresa. Se han constatado que existen ineficiencias en el manejo integrado de malezas, enfermedades, plagas, fertilización y/o riego, que causan mayores costos de producción y no necesariamente aportan en rendimiento o calidad de grano, conduciendo a externalidades no deseados en el ambiente. La liberación reciente de nuevos cultivares de alto potencial de rendimiento, con resistencia a brusone, y/o resistentes a herbicidas (INIA, 2016), el creciente uso de agroquímicos en general (Pereira y Zorrilla, 2016), la escasa información acerca de umbrales de daño de ciertas plagas, el uso generalizado de fungicidas preventivos, las aplicaciones de herbicidas en mezclas múltiples, el uso de promotores de crecimiento o micronutrientes sin fundamentos claros, el manejo de nutrientes basado mayoritariamente en la experiencia anterior, y el escaso control de los sistemas de riego, hacen ver la necesidad de continuar generando información de carácter disciplinario y multidisciplinario para evitar usos de insumos innecesarios y posibles antagonismos, logrando mayores eficiencias en general. Complementariamente, se deben utilizar más y mejor las nuevas tecnologías que pueden facilitar la recopilación de información, el abordaje de la variabilidad espacial y la toma de decisiones en tiempo real (sensoramiento remoto, plataformas web, modelación). La baja proporción de empresas arroceras que son propietarios de la tierra (DIEA, 2016, Saravia, 2016), dificulta la capacidad de realizar manejos integrados y racionales de los mismos, con una visión de mediano y largo plazo. Por lo expuesto, hay necesidad de trabajar en las líneas de investigación que propone este proyecto para aportar conocimientos que redunden en una mejora del sistema arrocero y su sustentabilidad en el mediano y largo plazo.