El Sector Arrocero ha sido desde la década de 1940 un activo contribuyente a las exportaciones del país, llegando a ubicarse en el 3º lugar de los rubros exportadores, detrás de la carne y últimamente de la soja. Actualmente, el Sector Arrocero se enfrenta a una serie de tendencias que atentan contra la competitividad de la cadena, las que se detallan a continuación: 1) Baja rentabilidad debido a crecientes costos operativos. Este hecho ha tenido un fuerte impacto sobre la ecuación económica de los productores, la que es cada vez más desfavorable. Durante los últimos 6 años, el costo de producción de arroz se ha incrementado a una tasa promedio de 7% anual, mientras que en el mismo período, el precio recibido por los productores semantuvo prácticamente estable y con tendencia a descender en los últimos dos años. Esto ha dejado poco espacio para absorber posibles bajas de rendimiento y realizar las inversiones de infraestructura necesarias. Además, en los últimos 4 años se observa un deterioro de la relación del precio del arroz con algunos de los principales insumos. 2) Lenta tasa de recambio varietal impide aprovechar la ganancia genética de la investigación y aliviar la ecuación de los productores El 95% del arroz producido en el Uruguay se exporta a más de 50 destinos en todo el mundo, ocupando el 7° lugar entre los países exportadores del grano. El arroz uruguayo es reconocido como el de mejor calidad en el tipo de grano que produce (largo fino), lo que se refleja en los precios a los cuales se vende. Uno de los pilares de la estrategia industrial exportadora que ha permitido este posicionamiento es la continuidad y confiabilidad en el suministro de productos de calidad conocida y repetible, la que a su vez depende del mantenimiento de la trazabilidad varietal en todas sus etapas desde la chacra al barco. El cuidado de estos aspectos de calidad, que ha sido tan exitoso en términos comerciales, tiene una contraparte negativa que es la necesidad de trabajar con pocas variedades. Esto enlentece la incorporación de nuevas variedades de alto rendimiento y mejores características agronómicas, ya que hasta tanto no tener las certezas acerca de la aceptabilidad por parte de los mercados compradores, la industria no fomenta su uso. La lenta incorporación de nuevas variedades al sistema productivo constituye un problema, ya que limita el progreso genético y la contribución que ésta podría realizar ante los desafíos que enfrentan los agricultores. 3) Limitantes para un recambio varietal más frecuente En primer lugar existe un problema logístico para el uso de muchas variedades si se pretende mantener la identidad varietal. Esto no solo reduce la flexibilidad de las operaciones industriales en momentos críticos como la cosecha, sino que implica también una gran inversión en infraestructura. Hay también un problema de escala ya que el manejo de numerosas variedadesdificulta alcanzar grandes cantidades de una sola de ellas. Esto puede ser un problema para los industriales a la hora de cumplir con los volúmenes requeridos por los compradores (buques completos con más de 30.000 ton de arroz blanco) con arroz de una misma variedad. Por último, la falta de conocimiento anticipado de las características de calidad de nuevas variedades y de la posible inserción de estas variedades en los mercados compradores constituye un problema. En resumen, la necesidad de adoptar rápidamente nuevas variedades de alto rendimiento agronómico para mejorar la ecuación económica de los productores se contrapone con la necesidad de la industria de tener certezas acerca de la aceptabilidad de estas nuevas variedades por parte de los mercados compradores y de la posibilidad de mezclar más de una variedad sin afectar las características del producto final.