Durante la pasada primavera y el verano, se han presentado condiciones climáticas que han provocado un abundante crecimiento del forraje en pie, tanto de campo natural como mejoramientos. Este exceso de forraje ha sido difícil de consumir mediante el pastoreo directo con vacunos y ovinos o de controlar por otros medios (rotativa, enfardado, etc., en particular para el Basalto con suelos con presencia importante de afloramientos rocosos). Por otra parte, particularmente en la región norte, producto de la sequía del año pasado, el alto precio del ganado de reposición, la baja producción relativa de ternero, hace que los ganaderos no puedan manejar exclusivamente con la carga animal el exceso de forraje presente. Y aunque el control del exceso de forraje lo hicieran solo a base de un aumento de la carga, ello no necesariamente le daría un sustento productivo y económico a la empresa para los próximos meses, ya que existen una serie de factores biológicos y de mercado que no se pueden controlar en su totalidad, y que pueden aumentar el riesgo empresarial. Por lo tanto, en base a información generada en INIA Tacuarembó, sobre el manejo de diferentes coberturas de forraje de distintas bases forrajeras durante dos años (1996-1997), su valor nutritivo, efecto de la selectividad animal y la potencial respuesta animal, se realizan una serie de recomendaciones técnicas que forman parte de las soluciones tecnológicas que puede tomar un ganadero en la mencionada situación particular que se está presentado en la región.
