La necesidad que tiene el país de aumentar su producción agrícola y las posibilidades de desarrollar rubros no tradicionales de exportación, hacen interesante el estudio de esta leguminosa. El maní posee grandes propiedades nutritivas, debido a su alto contenido de proteínas digestibles y aceite. La rama es de un alto valor forrajero y la calidad del heno es comparable con la de alfalfa. El grano tiene formas de uso muy variadas, para la alimentación humana. Se emplea para la fabricación de dulces y salados, en repostería, etc. La harina que se obtiene como residuo de la fabricación de aceite, puede panificarse mezclándola con la de trigo, y se obtiene un pan muy nutritivo porque el maní aporta la proteína, la grasa y las vitaminas que faltan al trigo. El aceite refinado se emplea como aceite de mesa, o para la fabricación de margarina. El aceite bruto puede ser utilizado para iluminación, como lubricante y en jabonería. La proteína de la harina de maní se utiliza para producir una pasta adhesiva, que une con firmeza la madera y el cartón y sirve también para revestimientos plásticos. Así mismo, ha sido utilizada dicha proteína en EE.UU., para obtener una fibra que se llama Sarelon, que se teje mezclada con el algodón y el rayón. Las cáscaras de maní pueden ser utilizadas como combustible, pueden tener aplicación como aislante y para hacer furfural, el cual a su vez se convierte en nylon. Moliéndolas y agregándoles un adherente, se obtiene corcho sintético, utilizable para tabiques aislantes, suelas de zapatos, etc.
