En nuestra región la época de servicio más utilizada históricamente es a fines de la primavera y todo el verano. Esto varía muy poco entre regiones, pero existe una tendencia por parte de los productores de la zona del Basalto (noroeste del país) a adelantar el entore a octubre, extendiéndose hasta fines de diciembre. La base de ésto es que la producción de pasturas naturales en esa región tiene un mayor componente invernal y además de esta forma evitan el servicio en los meses de máximas temperaturas del verano en la zona norte. Este es un conocimiento empírico ya que la investigación nacional no ha realizado aportes importantes en este sentido. Por otra parte algunos productores cuyos establecimientos están sobre suelos arenosos (ej. en el departamento de Tacuarembó), donde la producción de pasturas naturales en invierno es muy baja, han decidido atrasar la época de servicio hacia febrero, de forma de evitar las pariciones cuando hay un gran déficit forrajero. Por otra parte, cuando las terneras son recriadas correctamente, muchas veces entran en celo en otoño, donde el productor debe decidir si servirlas en ese momento o esperar a la primavera siguiente. Este tipo de entore contraestación de vaquillonas de 20 meses, tiene como premisa servir la vaquillona de primera cría a los 3 años pero sin cría al pie. Si bien hay muchos productores que ya lo aplican, especialmente en cabañas, la información nacional es escasa. Es por ello que se comenzó una línea de investigación con el objetivo de explorar las posibles alternativas de manejo en un sistema de este tipo, donde sin lugar a dudas y a priori la lactación en invierno, y por ende el peso de los terneros al destete, aparecía como la debilidad potencial del mismo. En esta oportunidad sólo se presentará el tercer experimento de esta línea de trabajo, que conformó una tesis de grado de la Facultad de Veterinaria.
