En Uruguay, la granja ocupa 1,8% de la superficie agropecuaria del país, pero comprende alrededor del 20% de los establecimientos rurales y de la población económicamente activa del medio rural. Las pequeñas y medianas empresas agroalimentarias hortícolas tienen limitada su capacidad de innovación y por tanto, su expansión, debido a factores como la disponibilidad de materia prima de calidad, mercados locales reducidos y la alta exigencia de mercados de exportación. El boniato ocupa el segundo lugar en superficie de las hortalizas, 2.500 ha aproximadamente y representa el primer lugar en cuanto al número de productores que lo cultivan (2.000). Es un cultivo tradicional, de bajo costo y escaso uso de agroquímicos. El uso de mano de obra, por lo general familiar, es el principal componente en el costo de producción. En este proyecto, el INIA tomará las demandas de las empresas industriales y los productores, para poner en funcionamiento una plataforma de desarrollo y liberación de variedades de boniato, con aptitudes industriales mejoradas. Las cooperativas de productores realizarán, en conjunto con INIA, la evaluación a campo, validación de las variedades promisorias y realizaran la multiplicación y la producción de las variedades. En conjunto con las empresas de procesamiento, se realizarán las pruebas piloto de aptitud industrial, con lotes del material genético promisorio y estarán involucradas en el proceso del desarrollo. Al finalizar el proyecto, se dispondrá de al menos 6 variedades desarrolladas y evaluadas de boniato, que supondrá un alto impacto a nivel de productores familiares y empresas industrializadoras.