El sector agropecuario enfrenta el desafío de incrementar la producción los de cultivos, ante el crecimiento de la población mundial. El reto no es sólo cuantitativo, sino también cualitativo, debido a las exigencias de los consumidores sobre los procesos de producción y la calidad de los productos agrícolas, y debe abordarse haciendo un uso sustentable del agua, el suelo, la energía y los insumos agrícolas. En este escenario, el riego y la agricultura familiar (AF), tendrán un rol central. En el mundo hay alrededor de 324 millones de hectáreas con riego, que representan el 20% de la superficie productiva, y producen el 40% de los alimentos. La AF es la forma de producción más extendida en el mundo, con más del 90% del total de explotaciones agropecuarias (EAP) (500 millones) y aporta más del 80% de los alimentos. En América Latina y el Caribe, las EAP familiares son 16,5 millones, de las cuales el 56% (9,2 millones) se encuentran en América del Sur, el 35% (5,8 millones) en Centro América y México y el 9% (1,5 millones) en el Caribe. 2.2 En lo referido al riego, es fundamental mejorar su manejo, para incrementar el rendimiento de los cultivos, hacer un uso más eficiente del agua y evitar o limitar impactos ambientales negativos, derivados de prácticas de riego inadecuadas. Para ello, se requieren acciones coordinadas y sostenidas en el tiempo, a nivel colectivo y parcelario. Un aspecto importante es la aplicación de dosis de riego ajustadas a las necesidades de agua de los cultivos. Esto tiene estrecha relación con la programación del riego, a la cual no se presta suficiente atención a nivel de predio comercial. Los agricultores raramente deciden el momento del riego en función de las necesidades de agua de los cultivos o del contenido de agua en el suelo, sino que se basan en decisiones empíricas, por ejemplo, el aspecto de los cultivos. 2.3 La AF tiene limitaciones para acceder a tecnología acorde a sus necesidades. El creciente acceso a internet, a la telefonía móvil y a servicios de sensores remotos, son una oportunidad para transferir información y conocimientos a la AF. Este proyecto tiene como finalidad fortalecer la capacidad de la toma de decisiones de los agricultores sobre el manejo del agua, mediante el desarrollo de un Servicio de Asesoramiento al Regante (SAR). Se usarán Tecnologías de la Información y la Comunicación para dar respuesta a las preguntas: ¿cuándo regar? y ¿cuánto regar? En Argentina, Nicaragua y Uruguay existen antecedentes sobre SAR, pero su uso, en general, no se orienta a la AF. Este proyecto abreva en ellos y los adapta a la AF. 2.4 Los objetivos específicos del proyecto son: 1) Desarrollar la infraestructura del SAR. 2) Desarrollar un software para la programación del riego de los cultivos seleccionados. 3) Desarrollar, conjuntamente con los beneficiarios directos, una aplicación de telefonía móvil y un sitio web, para acceder a información que permita tomar decisiones sobre programación del riego, a escalas diversas. 4) Realizar un estudio socio-técnico sobre el proceso de implementación del SAR por parte de los agricultores, en conjunto con acciones de comunicación y transferencia. El proyecto se realizará en unidades piloto de Argentina, Nicaragua y Uruguay. España y Holanda participarán proporcionando asistencia técnica sobre el SAR, y estudiando el proceso de implementación. Kilimo S.A. de Argentina, empresa del sector privado, será un organismo asociado y aportará parte de sus desarrollos previos en la temática. El proyecto está organizado en cuatro componentes (CP). CP1: desarrollo de la infraestructura del SAR; CP2: desarrollo de un software para la programación del riego; CP3: desarrollo de una aplicación de telefonía móvil y un sitio web; CP4: estudio socio-técnico del desarrollo y adopción del SAR y actividades de comunicación y transferencia. El principal producto de esta CT será disponer de una aplicación de telefonía móvil y de un sitio web, que servirán de apoyo para la programación del riego. 2.5 Los temas que se abordarán en esta CT forman parte de las carteras de proyectos de las instituciones integrantes del consorcio. La participación de starups del sector privado es una garantía adicional para la sostenibilidad y escalabilidad de los resultados que se obtengan, una vez finalizada la financiación del FONTAGRO.